Más vale tarde que nunca

El pasado viernes  pudimos contemplar cómo, en el patio grande del colegio, un operario limpiaba (¡por fin!), a base de agua a presión y toque de escobón, el humedal compuesto de barro, agua sucia y musgoen el que, para deleite de nuestros alumnos, ya empezaban a proliferar los retoños de alguna  especie anfibia, -y que había establecido su  medio físico bajo la zona de la rampa de acceso al comedor desde que empezaran las primeras lluvias de este duro invierno.

Hay que añadir que paralelamente se han iniciado tareas de desbroce y talado de los arbustos que había en la zona que, a modo de jardín, se extiende entre las ventanas de las aulas de la planta este y la tapia que separa el centro de las antiguas viviendas de profesores. Al parecer dicha zona está destinada a convertirse en una extensión del propio patio de recreo.

Todo sea por mejorar.

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